Hablamos de valores y de fomentar una armonía a nivel social: justicia, respeto, tolerancia, equidad, etc… y claro, todos estos valores no pueden quedar al margen de las instituciones educativas como centro de formación de niños y adultos: de personas en su visión integral. Es por esto que los docentes, como actores del proceso de enseñanza-aprendizaje, deben ser los motores que activen en los alumnos el desarrollo y la predicación de dichos valores. Es decir, los docentes tiene la obligación de fomentar en el alumnado una actuar “correcto” (con todo y el matiz subjetivo de lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto) en todos sus discentes a través de la vinculación de estos saberes actitudinales como eje transversal de todos y cada uno de los campos disciplinares y asignaturas.
No obstante, lo anterior no será posible sin aquello de “predicar con el ejemplo”… ¿Analizan los docentes su actuación personal y profesional en lo que concierne a la actitud? ¿Es posible que se dé una educación en valores cuando los mismo “profesionales de la educación” violentan los valores éticamente aceptados por la sociedad?
A continuación presentarles dos breves videos con la finalidad de activar en cada uno de los docentes que tenga a bien leer este artículo (y en el resto de los lectores, puesto que en ningún caso estará por demás) la reflexión personal acerca de nuestro desempeño no como docentes, sino como personas, puesto que es esta faceta personal y laboral la que propiciará una satisfactoria educación en valores…
¿Cómo suelo actuar yo? ¿Miro por mi bien sin detenerme a pensar en las afectaciones que esto pueda ocasionar?... Vean Y reflexionen…
Si sé lo que es correcto… ¿qué quiero para mi vida?... Observen y hagan balanza…
Hola Equipo 2
ResponderEliminarSólo para confirmar mi acceso a su blog
¡Muy bien!
Saludos cordiales
Javier Moreno